PROBLEMA DE MEMORIA
Dos abuelitos van al médico. Le dice el abuelo al doctor:
–Mire, venimos porque tenemos un problema de memoria, cada año que pasa nos volvemos más olvidadizos.
El doctor responde:
–Bueno, a su edad eso es normal. El mejor remedio para eso es acostumbrarse a apuntarlo todo. Deben tener siempre una libreta a mano para anotar cualquier cosa que no quieran olvidar.
Esa noche, en casa, están viendo la TV y el abuelo se levanta.
–¿Adónde vas? –dice ella.
–Voy a la cocina.
–Pues ya que vas, ¿me traes una bola de helado? ¡Pero apúntalo, que no se te olvide!
–Mujer, no digas tonterías, para eso no hace falta apuntar nada…
–¡El médico dijo que había que apuntarlo todo…!
–¡Tonterías, te digo que no voy a apuntar esa chuminada!
–Bueno… por cierto, a la bola de helado échale unas cuantas fresas por encima… ¡Y apúntalo, viejo, apúntalo!
–¡Que no lo apunto, mujer, si voy a estar aquí en un momento!
–¡…Y nueces! Échale nueces por encima también… ¡Pero haz el favor de apuntarlo, que te conozco!!
–¡Qué pesada, déjame ya en paz con lo de apuntarlo!
El viejo se va a la cocina refunfuñando, y vuelve al rato con dos huevos fritos en un plato:
–¡Ahí tienes!
La abuela se queda mirando el plato, y grita:
–¿Ves, viejo? ¡Se te han olvidado las tostadas!!!