CENICIENTA Y EL MELÓN 

Están Cenicienta y el Hada Madrina preparándose para el baile…

El Hada transforma sus harapos en ricas vestiduras, costosas telas y lujosos brocados surcados por hilos de oro, recoge sus cabellos con esplendorosas joyas, y finalmente calza sus delicados pies con unos exquisitos zapatos de cristal…

La transformación es prodigiosa y Cenicienta resplandece en toda su belleza… el Hada, una encantadora viejecita con voz trémula, le dice:
– Cenicienta, recuerda que a medianoche…
– Sí, lo sé, querida Hada, todo volverá a ser como antes…
– No sólo eso, adorable niña, si a esa hora estás todavía en palacio… se te transformará el coño en un melón!!!

Cenicienta va al baile y el príncipe queda prendado de ella, hasta tal punto que se sienta a su lado a comer… pero de postre sirven melón, y él toma una rodaja con las manos y empieza a chupar y lamer con fruición, no dejando escapar ni una gota de jugo con su adiestrada lengua…

Por momentos parece perder el aliento mientras jadea y sorbe ansioso el delicioso néctar… hasta que se limpia la boca y le pregunta a Cenicienta:
– ¿Y tú a qué hora te tienes que ir?
– ¿Yo? a las 4 de la mañana

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